Lima posee el 68.5% de parque
automotor, es decir, que tenemos un promedio de 8 000 000 vehículos circulando
por toda la capital. Y no solo cada año aumenta la cantidad de vehículos sino también
no existe un buen plan que proponga un eficiente servicio público de
transporte, lo que es responsabilidad de las autoridades correspondientes, lo
cual exige de ellos una madurez política y honestidad necesarias
para priorizar el bien común y así
para poder manejar el problema de congestión vehicular que día a día nos
aqueja.
Una
de las posibles soluciones que las autoridades políticas han propuesto, no
consiste en la ampliación de calles ni avenidas con pasos a desnivel, ni en una
Costa Verde que sirva de vía rápida, ya que eso solo sería una solución
temporal debido a que con el rápido aumento del parque automotor se saturaría
antes de lo pensado.
La
solución pasa por varios aspectos. Una adecuada semaforización, inteligente y
con sensores sería de gran ayuda, de tal modo que no nos toque luz roja en cada
semáforo. Así se podría lograr una sincronización para que en una vía los
conductores puedan encontrar en su trayecto continuo seis semáforos en luz
verde. Esto descongestionaría bastante el flujo vehicular, sobre todo en las
vías principales.
El
caos vehicular sin duda causa un estrés tanto a los conductores como a los que
usan el transporte público sobre todo en las horas puntas. Estos testimonios
nos detallan como es que se sienten muchas de las personas con respecto al
congestionamiento vehicular.
“He intentado rutas alternas, pero el resultado es el mismo o hasta peor. Quisiera ver a
mi hijo, pero, cuando llego, ya no puedo despertarlo. Tengo que levantarlo a
las 6:00 de la mañana para llevarlo a tiempo al colegio”, sostuvo.
Sus
padres, que viven junto a él y lo apoyan con la crianza de su hijo, hacen hasta
lo imposible para mantener al menor despierto, pero él ya tiene como hábito
acostarse, máximo, a las 9:00 de la noche. “Le hacen ver dibujos, jugar con sus
carritos, pintar, pero es inútil”, manifestó el acongojado padre.
Martín contó que a esto se suma el elevado presupuesto que debe invertir en combustible.
Martín contó que a esto se suma el elevado presupuesto que debe invertir en combustible.
“Por
movilizarme de San Borja a La Molina gasto, como mínimo,
S/.150 en cinco días. Esto se debe a que tardo 15 minutos
solo para avanzar dos cuadras. Los vehículos forman un caos en esta avenida.
Hasta los buses del Corredor Azul se han sumado a esta congestión vehicular”,
finalizó.
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